Los dulces tradicionales que elaboran una madre con su hija, en San Antonio, son buscados por muchos en la tierra chonera, e incluso su calidad ha superado las fronteras patrias y ha llegado a otros países como México, Chile, Argentina, Estados Unidos, Canadá y Panamá.
Es la historia de Rita Zambrano y su hija Gema, que empezó cuando la primera hace 32 años estaba desempleada y con dos hijos que mantener, lo que la llevó a tomar la decisión de emprender con la receta de los dulces de su abuela y su fórmula secreta.
“Tenía un título de licenciada en psicología, pero no tenía trabajo así que me lancé al mundo del dulce, luego vinieron las vecinas, los padrinos y así sucesivamente el negocio fue creciendo”, mencionó Rita.
Entre los dulces elaborados por estas dos choneras están el bizcochuelo, el suspiro y el enrollado, entre otros.
Así, la dedicación y sacrificio ha dado resultados. Hoy su rutina de trabajo inicia a las 04h00 y culmina a las 19h00. Para Gema, el secreto radica en el amor. “Debes amar lo que haces, si no amas lo que haces es por gusto”, acotó.
La historia de Rita Zambrano y su hija Gema es una inspiradora muestra de perseverancia y pasión por la tradición culinaria. Desde sus humildes comienzos en la cocina de su hogar en San Antonio, Chone, hasta convertirse en un reconocido negocio de dulces que trasciende fronteras, su trayectoria es un testimonio del espíritu emprendedor y la calidad excepcional de sus productos.
Hace 32 años, ante la adversidad de no encontrar empleo y con la responsabilidad de mantener a sus dos hijos, Rita decidió emprender un camino poco convencional para una licenciada en psicología. Inspirada por las recetas de su abuela y armada con una fórmula secreta, Rita comenzó a elaborar dulces tradicionales. Lo que empezó como una pequeña empresa casera pronto capturó el corazón y el paladar de los vecinos y, poco a poco, su reputación comenzó a crecer.
El éxito de los dulces de Rita y Gema no reside solo en la receta secreta, sino también en la meticulosa atención al detalle y el cariño que ponen en cada paso del proceso. Los bizcochuelos, suspiros y enrollados son más que meros productos; son expresiones de la cultura y la tradición de Chone, llevadas a cabo con un amor palpable que Gema siempre enfatiza como esencial.
La jornada laboral de madre e hija comienza a las 4:00 a.m. y se extiende hasta las 7:00 p.m., reflejando no solo su compromiso con el negocio, sino también su dedicación a mantener la calidad que sus clientes esperan. Cada dulce es preparado con los mismos estándares de excelencia, asegurando que cada bocado sea tan delicioso como el último.
A medida que la popularidad de sus dulces crecía localmente, la demanda comenzó a expandirse más allá de las fronteras de Ecuador. Hoy en día, sus dulces se encuentran en países como México, Chile, Argentina, Estados Unidos, Canadá y Panamá. Esta expansión internacional es un reflejo del reconocimiento de la calidad y el sabor único de sus productos, que han logrado captar el interés de una clientela global.
La estrategia de marketing de Rita y Gema ha sido sutil pero efectiva. Aprovechando el poder del boca a boca y más recientemente, las redes sociales, han logrado mantener y expandir su base de clientes. Las historias y fotos de sus deliciosas creaciones compartidas en plataformas como Instagram y Facebook han atraído a nuevos clientes curiosos por probar estos dulces ecuatorianos auténticos.
Además, han participado en ferias locales e internacionales de alimentos, donde han tenido la oportunidad de presentar sus dulces a un público más amplio. Estos eventos han sido plataformas excelentes para la exposición a nuevos mercados y han facilitado encuentros con distribuidores interesados en llevar los dulces de Chone a tiendas y cafés alrededor del mundo.
El futuro parece prometedor para Rita y Gema. Planifican expandir su línea de productos y explorar nuevas recetas que puedan atraer a aún más paladares. También están considerando opciones para hacer que su proceso de producción sea más sostenible, reduciendo el impacto ambiental y asegurando que su negocio pueda continuar prosperando sin comprometer los recursos para las futuras generaciones.
La historia de estos dulces de madre e hija es una celebración del espíritu emprendedor y la riqueza de la gastronomía ecuatoriana. Rita y Gema no solo han creado un negocio exitoso; han tejido su amor por la cocina tradicional en el tejido de la cultura culinaria de Chone y más allá, llevando sus dulces desde la costa ecuatoriana hasta mesas alrededor del mundo.
