Las familias que viven en el norte de la ciudad esperan con ansias la inauguración del puente 7 de Agosto, una obra que representa el cambio que tanto han soñado.
En la actualidad ya se colocan los tirantes iluminados que se unen al mástil de 19 metros montado sobre la imponente estructura. Este componente será un espectáculo de luces para los chonenses y quienes nos visiten.
A la par, se trabaja en la construcción del malecón 15 de Marzo, que comprende la segunda fase de la intervención en este sector.
En una tercera fase, existe un estudio que permite intervenir en el cerro Guayas, donde se proyecta levantar un centro cultural y turístico para promover nuestras raíces montuvias.
Pronto las familias del norte de la ciudad tendrán una obra que es sinónimo de progreso y los conecta hacia el desarrollo vial y social.
El puente 7 de Agosto se erige como un símbolo tangible del progreso y la transformación en el norte de la ciudad. Las expectativas y esperanzas de las familias locales están firmemente ancladas en este proyecto, que promete no solo facilitar la movilidad, sino también revitalizar la zona en múltiples aspectos.
Uno de los aspectos más destacados del puente es su diseño moderno y funcional, que no solo cumple con su propósito vial, sino que también añade un toque estético distintivo a la región. La incorporación de tirantes iluminados y un majestuoso mástil de 19 metros promete convertir al puente en una atracción visual tanto para los residentes como para los visitantes.
Sin embargo, el puente 7 de Agosto no es simplemente una obra aislada, sino parte de un proyecto más amplio de desarrollo urbano. El inicio de la construcción del malecón 15 de Marzo, como segunda fase de intervención en la zona, complementa la función del puente al ofrecer espacios públicos de recreación y esparcimiento a la comunidad.
Pero el compromiso con el desarrollo no se detiene ahí. Una visión a largo plazo se vislumbra en la tercera fase del proyecto, que contempla la intervención en el cerro Guayas. La propuesta de levantar un centro cultural y turístico en esta emblemática ubicación no solo busca enriquecer la oferta de entretenimiento y educación, sino también promover y preservar las raíces montuvias de la región.
La culminación de estas fases no solo representará la materialización de infraestructuras físicas, sino también el fortalecimiento del tejido social y cultural de la comunidad. El puente 7 de Agosto, junto con las obras complementarias, se erige como un catalizador de cambio, uniendo a las familias del norte de la ciudad hacia un futuro más próspero y conectado.
